Flamenco Madrid Programación Semanal
Programación sujeta a cambios. Es posible comprar entradas futuras aunque la programación artística para algunos meses aún no esté publicada....
Entrevistamos a Claudia Ruiz Caro, fotógrafa oficial de la Bienal de Flamenco de Sevilla en su XXI Edición, cuya obra se centra en la parte más antropológica y documental del flamenco. Natural de Barcelona, actualmente reside en Jerez de la Frontera, una ciudad que le ha permitido acercarse al flamenco desde una perspectiva íntima y local.
Comienzo a finales de 2015 porque venía de Barcelona, de hacer un máster de fotografía de espectáculo y claro, en Jerez lo que hay es flamenco. Poco a poco fui entrando en ese mundo de los conciertos y para terminar, acabé haciendo portadas de discos, trabajando para festivales, cubriendo eventos… en mi casa se ha escuchado desde siempre como género musical pero mi contacto real en cuanto a la fotografía fue en 2015.
Mis referentes son Pepe Lamarca, Colita, Jacques Léonard… sobre todo Pepe, el que más cerca tengo. Con Colita también tengo relación; son un poco mis pilares.
«Pepe es mi maestro y es al que le pregunto todo»
Me identifico con ellos porque miran el flamenco sin participar de él, simplemente observándolo y dejándolo fluir de forma natural y yo trabajo de la misma manera.
El tablao me gusta particularmente porque me parece que se queda a medio camino entre lo que sería la fiesta flamenca privada más particular y desenfadada, y el teatro, que se me hace más frío hacia el público. El tablao creo que tiene ese punto justo de conexión.
Enfoqué mi trabajo sobre todo hacia el mundo del cante y de la guitarra y, desde Jerez, lo que tenemos aquí desde luego que tiene que ver con el pueblo gitano. Ellos son los protagonistas de mi trabajo y, además de eso, les debo todo. Me han abierto las puertas de su arte y de su casa.
«El pueblo gitano es la base de mi trabajo»
Sí, tengo pendiente exponer en Madrid, la última vez fue en Casa Patas en 2019. La próxima es en Barcelona, en noviembre.
Sí, es la primera vez. Cuando era Villa Rosa yo vivía en Madrid todavía y estaba muy metida en el Círculo Flamenco de Madrid y por horarios nunca podía ir a veros. La verdad que me da alegría veros tan vivos. El espectáculo me pareció dinámico; tiene el punto justo como para enganchar al público sin abrumarlo.