
Vuelve el ‘Choro’ Molina!
Ven a disfrutar junto a Antonio Molina "El Choro"!
El 16 de noviembre de 2010 es una fecha que el flamenco celebra con orgullo. Fue el día en que la UNESCO lo reconoció como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Pero la historia de este arte no empezó ahí. En lugares como Tablao Flamenco 1911, llevamos más de un siglo siendo su templo y su casa, mucho antes de los reconocimientos oficiales.
Aquí te contamos las 5 claves que explican por qué este arte es un tesoro universal y por qué vivirlo aquí es viajar a su raíz más auténtica.
El flamenco no se inventó en un palacio. Su cuna fueron los patios y las casas de Andalucía, donde la gente que no tenía voz la encontró en el quejío y el taconeo. Es el ADN del pueblo gitano mezclado con el sentir andaluz, árabe y judío. Un arte nacido de la necesidad, de la resistencia. Y esa capacidad de convertir el dolor en belleza es, precisamente, uno de los valores que la UNESCO protege: la cultura como refugio y bandera de un pueblo.
Imagina una conversación donde nadie se interrumpe, sino que se completan. Así es el flamenco. No son tres artes separados, es un único lenguaje con tres voces. La guitarra (toque) propone un camino, el cante le responde con una historia desde el alma y el baile lo cuenta todo con el cuerpo, desde la punta de los dedos hasta el zapato que golpea la tierra. Esa comunión mágica y espontánea es la que ha resonado entre nuestras paredes desde hace más de un siglo.
Cierra los ojos y escucha una soleá. Quizás no entiendas ni una palabra, pero lo sentirás todo. El flamenco te pone la piel de gallina sin pedirte permiso. Traspasa fronteras porque no habla a la razón, sino directamente a la emoción. Esa conexión universal, ese famoso «duende» que aparece sin avisar, es la prueba de que es un lenguaje que pertenece a toda la Humanidad.
El flamenco no es una foto antigua en un museo. Es un río vivo. Es el secreto que pasa de abuelos a nietos, la técnica que un maestro enseña a su alumno. Es una tradición que se respeta, pero que nunca ha tenido miedo a mirar hacia adelante. Artistas legendarios lo revolucionaron para hacerlo más grande, y esa evolución ha tenido como testigo nuestro escenario, un lugar donde la tradición se renueva noche tras noche.
Un título de la UNESCO no serviría de nada si el arte no estuviera en la calle. El flamenco no existe sin su gente. Son los artistas que se dejan la vida en el escenario, los artesanos que construyen una guitarra con mimo y, por supuesto, el público que se emociona y aplaude. En Tablao Flamenco 1911, nos sentimos orgullosos de haber sido el punto de encuentro de esta comunidad durante generaciones.
Entender por qué el flamenco es un tesoro mundial es una cosa. Pero sentirlo en un lugar que ha sido su guardián desde mucho antes de cualquier reconocimiento oficial, es otra.
En Tablao Flamenco 1911 no solo te ofrecemos un espectáculo. Te invitamos a ocupar un asiento en la historia viva de este arte.