¡Que tiemble el escenario!
No es solo técnica, es una tormenta. Moisés Navarro llega a Tablao Flamenco 1911 y no viene a pedir permiso. Viene a tomar el escenario.
Conocido como una de las «bestias» del baile actual, su zapateado es de una velocidad imposible y su energía es arrolladora. Es flamenco racial, puro nervio y fuerza bruta en la Catedral del Flamenco.
Si te gusta el arte que te levanta de la silla y te corta la respiración, esta noche es OBLIGATORIA.
¿Estás preparado para la sacudida?
⚠️ Aforo muy limitado. Esto se va a llenar rápido.
El Tablao Flamenco 1911 va a vibrar con un cantaor de esos que dejan huella. Hablamos de David de Jacoba, y su nombre ya lo dice todo.
¿Sabéis lo que significa haber sido el último cantaor que acompañó al gran Paco de Lucía? ¡Es historia viva, pura magia! Y esa magia, esa voz que es un abrazo al alma flamenca, la vamos a tener aquí, en nuestro Tablao Flamenco 1911.
Así que no os lo penséis dos veces. Si queréis vivir una noche inolvidable, de esas que se quedan grabadas, reservad vuestro sitio ya. ¡Vais a ser testigos de un cante que os va a tocar el corazón!
Reserva tu sitio y sé testigo de un cante que trasciende el tiempo.
Esta semana, el Tablao Flamenco 1911 se enorgullece de recibir a Lisi Sfair, una bailaora con una trayectoria internacional impresionante y un arte que lo llena todo. Finalista del Festival de Jerez y con Matrícula de Honor en Danza Española, su precisión y poderío en el zapateado son una auténtica delicia.
Desde Brasil hasta los escenarios más emblemáticos de Madrid y el mundo, Lisi Sfair es una fuerza de la naturaleza, un torbellino de técnica y emoción que te dejará sin aliento.
¡No te pierdas a una de las grandes!
Imaginen la escena: las luces tenues de nuestro tablao, el olor a madera e historia, el sonido que anticipa el compás… y de pronto, ahí, a unos pocos pasos, la magia de Belén López. Esta bailaora no es solo una artista; es pura electricidad sobre el escenario, una emoción a flor de piel que se siente desde el primer taconeo hasta el último remate. ¡Y la tendremos aquí, en nuestro Tablao Flamenco 1911, en unas noches que prometen ser históricas!
Belén lleva el duende en las venas desde que era una chiquilla, ¡pisando escenarios con solo cinco años! Imaginen eso. Se ha forjado una carrera impresionante, brillando como bailarina principal en el mismísimo Arena di Verona y creando sus propios espectáculos, que son ya un referente para cualquiera que ame el flamenco. No es casualidad que haya sido galardonada con el importantísimo Premio Nacional de Flamenco «Mario Maya» y con el codiciado «Desplante» del Festival de Cante de las Minas. Esos premios hablan de un talento descomunal, de años de entrega y de una pasión que contagia.
Es una maravilla ver cómo conjuga esa fuerza racial, esa garra del flamenco más auténtico, con una elegancia que la hace única en cada gesto, en cada giro. Es una fusión perfecta entre la raíz más pura y esa pincelada de vanguardia que te deja con la boca abierta. Belén ha llevado su arte a todos los rincones, colaborando incluso con figuras como Lionel Richie, demostrando que su flamenco no tiene límites.
Muchos han tenido el privilegio de verla en los grandes teatros, en festivales enormes… pero la experiencia de Belén López en un tablao, creedme, es otra cosa. Es íntima, poderosa, profundamente emocionante. Aquí, en el Tablao Flamenco 1911 –nuestro rincón cargado de historias y flamenco del bueno, ¡el más antiguo del mundo!–, van a tenerla a unos metros. Van a sentir cada vibración, cada quejío, cada mirada. Es una conexión directa, un regalo irrepetible que solo el directo y la cercanía del tablao pueden ofrecer.
Así que, de verdad, no se queden sin vivir esto. Belén López nos espera para unas noches inolvidables.
¡No lo pienses más! Reserva ya tu entrada y sé parte de esta noche mágica de flamenco.
Esta semana tenemos en Tablao Flamenco 1911 a uno de los más grandes de la guitarra: David Cerreduela.
Cuando David apoya los dedos en las cuerdas, el flamenco se pone de pie y escucha. Su guitarra no impone, dialoga. No grita, le susurra secretos al cantaor. Es el toque que arropa, que entiende los silencios y que sabe exactamente cuándo tiene que rasgar el alma.
Hijo del gran «Nani», lleva la sabiduría en la sangre y la vanguardia en la cabeza. Tenerlo a dos metros en nuestro tablao no es un concierto, es una lección magistral.
No te lo pierdas. Reserva tu noche con nosotros y siéntelo en directo.
Esta semana nos acompaña el genio del Cajón Flamenco: Lucky Losada.
Tenerlo sentado al cajón es una seguridad. Para el que canta, para el que baila y para el que escucha. Él no acompaña, él sostiene. Es el arquitecto del ritmo, el que pone los cimientos para que todo lo demás pueda volar.
Viene de una familia de genios, y eso no se estudia, se mama desde chico. Verlo es una lección de flamenco de los pies a la cabeza.
Vuelve el Maestro. Antonio Canales en el Tablao 1911.
Hay nombres que son, en sí mismos, historia viva del flamenco. Antonio Canales es uno de ellos. Y del 5 al 7 de Diciembre, el duende del maestro regresa al lugar donde el tiempo se detiene: el Tablao Flamenco 1911, el más antiguo del mundo.
Quienes lo han visto en un tablao saben que no es solo baile. Es la garra, la elegancia y el peso de una vida entregada al arte jondo. Canales no necesita presentación: bailó con los más grandes, desde Paco de Lucía hasta Camarón, y se convirtió en un gigante por derecho propio, reconocido con el Premio Nacional de Danza.
Pero los premios no explican lo que se siente al tenerlo a escasos metros. Verlo en directo es sentir cómo cada zapateado retumba en el pecho y cada gesto cuenta una historia. Es una de esas experiencias que se quedan grabadas en la memoria.
Tres noches únicas, con dos pases cada una (21:00 y 22:30), para presenciar la magia de cerca.
Las entradas para una cita así son, por naturaleza, escasas. No te quedes sin la tuya.
Aunque nació en Madrid, su compás late con el pulso de Utrera y Lebrija. Lleva el flamenco en la sangre, una herencia que se hizo baile cuando, con solo tres años, ya respondía en casa a la guitarra de su abuelo. Su camino ha sido un torbellino de precocidad y pasión: con cinco años ya se atrevía a pisar las tablas con una farruca y poco después su arte cruzaba fronteras con el fenómeno viral de Las Turroneras.
Hoy, con dieciocho años, su baile ha sido apadrinado por una figura como «El Farru» y es una presencia constante en los tablaos más prestigiosos de Madrid y Sevilla, mientras sigue bebiendo de los grandes maestros en la Fundación Cristina Heeren y la escuela Amor de Dios.
Esta no es la historia de una promesa, sino la realidad de una artista con un presente arrollador. Una oportunidad única para sentir el flamenco en su estado más puro: lleno de la garra de la tradición y la energía arrolladora de la juventud. Te esperamos.
Llega María Moreno, a Tablao Flamenco 1911 y eso son palabras mayores. Porque cuando el arte viene directo de la cuna, se nota.
No es solo técnica, es raza. Es la fuerza bruta de Cádiz contenida en una elegancia que desarma. Cada braceo cuenta una historia y cada taconeo es un desgarro que te llega directo, sin filtros. Un pellizco que no pide permiso y se te clava en el alma.
Si buscas flamenco de verdad, del que eriza la piel y te deja sin saber qué decir, tienes que vivirlo. Y tener a una figura así, a solo dos pasos, en la cercanía brutal de nuestro tablao… eso es un lujo. Aquí no hay distancias, sientes su energía, su respiración, la madera que vibra bajo sus pies. Es una experiencia de las que no se repiten.
¡Asegura tu sitio, que vuelan!
Mucha gente viene al tablao y se queda con la potencia del zapateado o el quejío del cante. Y está bien. Pero esta semana, te invitamos a que te fijes en el hombre que lo hace posible, en el arquitecto que construye el edificio para que los demás puedan brillar: el guitarrista Ricardo Vazquez.
Ricardo es un guitarrista de los que ya no abundan. Su maestría no está en el virtuosismo para su propio lucimiento, sino en el conocimiento profundo del cante y del baile. Su guitarra no grita, sino que habla, susurra y sostiene. Sabe exactamente qué falseta necesita un cantaor para coger aire, qué rasgueo pide el cuerpo del bailaor y, sobre todo, domina el silencio, ese momento que lo cambia todo.
Tenerlo en el cuadro es una garantía de flamencura y solidez. Su toque es puro, con un soniquete que se mete en el cuerpo y un compás que es un ancla para todos los artistas en el escenario. Verlo tocar en la cercanía del Tablao 1911 es una lección magistral de flamenco de verdad, de ese que se cuece a fuego lento. Si quieres entender el motor que mueve el duende, no te lo puedes perder.
Reserva ya y siente la magia de la Guitarra Flamenca en Tablao Flamenco 1911